28 de julio de 2021

CONVERSACIONES EN EL CAFÉ: LEER? ESO PARA QUÉ?


Tomado de www.sinohasviajado.com
Eliana y Mauricio se encontraban sentados en el café esperando a Marta, quien no tardó en llegar. El camarero tomó el pedido de los tres y ellos se dedicaron a los saludos y actualizaciones sobre sus vidas, ya que hacía algunos meses que no se veían.

El tema poco a poco, los fue llevando al cine y a la lectura y cuando Eliana colocó encima de la mesa la bolsa de libros que acaba de comprar, mientras Mauricio se asombraba gratamente, Marta comentó:
Leer? Eso para qué? Qué les pasa a ustedes? Saben que no me gusta. Nada más aburridor que leer, casi deprimente.

Eliana y Mauricio sonrieron.

Eliana: No lo puedo creer!!! Y cómo has podido llegar a ser profesional?
Marta: Ahhh, eso es distinto. Leo porque toca y son temas prácticos para mi trabajo. Pero que yo vaya a una librería a buscar una novela, ni por equivocación.
Mauricio: Pero en el colegio leías, o no?
Marta: Leer, leer exactamente... no. Copiaba los resúmenes de los libros que nos ponían a leer o los resúmenes que encontraba en internet, o de los compañeros. Al igual que las biografías de esos autores. Yo tenia mis mañas para salir victoriosa de esas clases. Odio leer literatura.
Mauricio: No entiendo porque tanta aversión. Algo te pasó?
Marta: No nada en especial, como les digo me parece que es una forma de perder el tiempo. En mi familia nadie leyó ni lee. Para mi, un libro es un artículo nada necesario en mi vida. Solo si es técnico y muy necesario para avanzar en mi trabajo.
Eliana: Yo más o menos te entiendo, porque leer implica muchas cosas.
Marta: Si? Qué cosas?
Eliana: El silencio. Buscar un lugar donde leer cómodamente donde nadie interrumpa; por tanto, hacerlo en soledad. Y por supuesto un libro que interese de verdad.
Mauricio: Pues si, tienes razón.
Marta: En parte por eso no disfruto leer, prefiero la gente, la televisión, la música. Miren, estar aquí mismo con ustedes, así hablen de algo que no me gusta. Pero con un buen café, es distinto.
Mauricio: Eliana, cómo haces para leer tanto si además trabajas y tienes tu vida social?
Eliana: Saco mis ratos para hacerlo. La lectura con más experiencias de vida, se disfruta más. Por lo menos, dos horas al día dedicó a avanzar en el libro que tengo en el momento. Es cuestión de organizarme.
Mauricio: Muéstranos bien que compraste.

Eliana saca de la bolsa tres libros:
 

    



Marta: Eliana, pero es que no entiendo... explícame cómo llegaste a esto de disfrutar los libros si desde que te conozco eres tan activa y alegre? Es como una doble vida?

Los tres ríen ante este comentario.

Eliana: Pues mira. Llegué a los libros por el cine. De niña veía muchas películas infantiles, en teatros y en televisión. Me encantaban. Mis padres nos compraban algunos de esos libros de colorear y leer y esto seguro activó el deseo. Pero fue en la adolescencia que estuve alejado de los libros, pero seguí con las películas. Iba mucho con mis compañeros de colegio.
Un día estábamos disfrutando de la película El conde de Montecristo dirigida por Kevin Reynolds, en medio de perros calientes, palomitas de maíz y refrescos, cuando Pablo, uno de mis mejores amigos, mencionó que él había leído el libro de dónde hicieron la película. Francamente no entendí y quedé fría. El resto de la película sucedió mientras, fascinada, trataba de dilucidar  cómo era posible sacar de un libro, una  película! 
Al terminar, salimos dispuestos a deambular por el centro comercial. Le pregunté a Pablo que me explicará lo del libro. El se limitó a decirme que podía prestármelo, que lo leyera y le contará que pensaba.
"Te adelanto que entre un libro y una película media un guión y un guionista que fue el que leyó el libro y supo pasarlo a película", me dijo Pablo. Qué me dijo! Casi enloquecí. Cómo que de un libro se podía hacer cine, lo que tanto amaba. Pero como no entendía ese proceso, acepté con mucho interés el préstamo del libro.
"El conde de Montecristo" escrito por Alejandro Dumas. Lo devoré literalmente y comparé la película al son del libro. Desde ahí no paré de leer.
Posteriormente hice el mismo ejercicio con el libro "El nombre de la rosa" del escritor Umberto Eco y la película dirigida por Jean Jacques Annaud.
Encontré el camino que no encontraba para seguir disfrutando del cine ahora acompañado de los libros.
Novelas, biografías, historia.
Comprendí que al cine se llevaban historias que podían surgir de una novela o de una biografía de personajes famosos. Temas que me encantan.




Mauricio: Que interesante Eliana, integraste la lectura con tu afición por el cine, que nota. Te quedaste pensativa, Marta.
Marta: Pues si. Me gustó esa historia. Yo siempre he asociado la lectura con exigencias del colegio en mi infancia y adolescencia, y luego en mi trabajo. Pero novelas y otros temas no sé cómo podría ser eso conmigo.
Eliana: Entiendo.
Mauricio: Sería de pronto asociar un interés o pasión que se tenga con un libro?
Eliana: Interesante. Marta, por ejemplo, a ti te gusta mucho la cocina, además de que lo haces muy bien.
Marta: Y qué con eso?
Mauricio: Genial!!!. Deja que Eliana continúe.
Eliana: Alguna vez probé exquisitos espaguetis a la Marta. Eliana sonríe con picardía y sigue: Estoy segura que si repetimos esa experiencia se me ocurrirán algunos títulos para ti.
Los tres rieron estruendosamente.
Marta: Lo pensaré. Pero adelántame algo.
Eliana: Si. Es "La cocinera de Castamar" de Fernando J. Muñez. Solo piensa en el título. No nos digas nada ahora. Cuando vayamos a cenar lo hablaremos.


Marta: Que bonita manera de auto invitarse a cenar. 
Mauricio: Genial Eliana. Marta tu nos dices cuándo y allá estaremos. Llevaremos vino y postre, cierto Eliana?
Eliana: Claro que si. Y para ti Mauricio, que te gusta la literatura de viajes, "La última cena-Un verano en Italia" de Rachel Cusk. Libros con el sabor de una rica comida.
Marta: Pero no vamos a hablar de libros.
Eliana: Si, algo. Puedo hablarles de esos dos libros mientras disfrutamos la comida y sobretodo, la buena compañía.
Mauricio: Eliana, tú sigues trabajando con tu grupo de lectura?
Marta: Qué? Y a qué horas lo haces?
Eliana: Una vez al mes nos reunimos el sábado al atardecer. Marta el tiempo me da la posibilidad y trato de organizarme bien. Mira, es el tiempo que tú sacas para crear recetas, porque te gusta.
Marta: Tienes razón.

Estuvieron reunidos una hora más conversando sobre algunos amigos en común, sobre la marcha de sus proyectos de vida, sobre sus familias y la situación social del país.

Marta no permitió que dividieran la cuenta como hacían en ocasiones. Ella invitó. Sintió que había pasado una agradable tarde. 

Los tres se despidieron y Eliana y Mauricio salieron juntos ya que iban por el mismo sector de la ciudad.


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