NOTAS DE LIBROS

21 de mayo de 2020

PARA REALIZAR VIAJES QUE TRANSFORMAN

Tomado de www.baquianos.com
La literatura de viajes fue abundante y de mucho impacto en la transmisión cultural y de experiencias, en los siglos XVIII y XIX.

Cuando se dio el boom de internet, disminuyó la lectura de libros en general y específicamente de viajes, y muchos viajeros orientados por el acceso directo a información de destinos turísticos, optaron por viajar por su cuenta, sin tours, ni guías y con la ilusión de compartir por medio de fotos en las redes sociales, apenas comentando donde estaban y lugares visitados, sin existir una reflexión acerca de lo vivido en los destinos, y por supuesto, menos en narrar sus viajes en crónica o relato de viajes. Estamos en la cultura de la imagen.  

Como manifiesta Pilar Rubio Remiro: "Mucha gente joven viaja sin referencias literarias; el libro en general ha perdido su prestigio y los viajeros dejan de profundizar en aquello que viven en sus periplos. En definitiva, la literatura de viajes está en crisis porque viajar se ha convertido en algo banal, superficial y narcisista".

Cabría añadir que en la actualidad los bestsellers se publican frecuentemente por la estrategia de mercadeo, que hace que estos libros se constituyan en una garantía de éxito para el lector (una de las cualidades del bestseller). Son éxitos de ventas y por lo general el lector no necesita analizar a fondo que quiere leer o descubrir sus intereses personales, porque el mercado muestra que es un buen libro.

Los lectores de libros de viajes son, en primera instancia buenos lectores de literatura general, con búsquedas más selectivas en algunos temas.

Con la literatura de viajes, según Cristeto Alameda, librero de Desnivel librería, "calmamos nuestras ansias de viaje con viajes en prosa. Los libros de viajes son los encargados de regalarnos dosis de evocación, la posibilidad de estar en un lugar conocido o no, sin movernos de nuestro sofá y sin los riesgos que el autor o autora estén corriendo en ese momento". 

Esta es una de las características de los libros de viajes, un género que para Alameda, consiste en plasmar en papel la consecución de un sueño en forma de recorrido, ya sea geográfico o espiritual y las vivencias que se desprenden de él.

Ahora bien, con la actual crisis producida por el Covid, los países irán levantando sus cuarentenas, abrirán paulatinamente los aeropuertos; el sector turístico se acomodará nuevamente ante las nuevas disposiciones sanitarias para operar, en no menos de un año, pero la economía para millones de viajeros frecuentes, no les permitirá viajar rápido. 

Recordemos el cierre de muchísimas empresas (grandes, medianas y pequeñas) a nivel mundial y las pérdidas de empleos. Condiciones estas que reducen ampliamente las posibilidades de retornar a estilos de viajes frecuentes, lo que es una oportunidad que pueden aprovechar los editores, promotores de lectura y libreros, para visibilizar más la lectura de este género y promover el conocimiento de lugares de manera literaria.


Paul Bowles y sus relatos de viajes.
Imagen tomada de www.lecturassumergidas.com

Los libros en general y los de viajes, no son sólo para pasar la cuarentena. Los viajeros pueden documentarse en profundidad con estos libros, antes de que puedan volver a realizar sus periplos, porque este género provoca los viajes y para cuando se hagan, que sean más reflexivos, interesantes y transformadores.




LOS VIAJES TRANSFORMAN LA VIDA Y LA LITERATURA DE VIAJES ES LA INSPIRACIÓN PARA REALIZARLOS




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