NOTAS DE LIBROS

17 de octubre de 2016

LOS LIBREROS DEL MUNDO

QUIENES SON LOS LIBREROS?


En la revisión de este importante actor del mundo de los libros, este artículo tomado de Diariosur.es, y quien habla del tema, con la experiencia que le dan sus años en este sector y con su librería Rayuela, Juan Manuel Cruz, librero.


"Libreros que aconsejen, mantengan viva la llama de la lectura, dediquen un tiempo a comentar con el cliente cómo están las cosas, aunque eso al final no facture. Y encima sonrían aunque no compres un libro.

Librería Rayuela de Málaga: Un librero NO es un sabio, sino un hilo conductor entre los conocimientos que guardan los libros y los nuevos lectores y curiosos ávidos de ese conocimiento

Desde hace varias décadas se viene oyendo hablar de la “muerte del libro” en formato papel, y por tanto de uno de los oficios directamente relacionados con él: el oficio de librero. En los más de 37 años que llevo dedicado a esta profesión, han sido varias las veces que ese pronóstico se enunciaba como una realidad ineludible e inmediata. Y también varias las veces que ese augurio no se ha materializado.

Hoy día, ese discurso vuelve a resurgir por la aparición e implantación de los nuevos formatos de lectura, los e-readers o dispositivos de lectura electrónicos. No cabe duda que ese nuevo formato está implantándose a un ritmo rápido y con una acogida  cada vez más favorable entre los lectores. Sin embargo su utilización sigue siendo desigual entre los diferentes países y minoritaria en el nuestro, aunque no sabemos por cuánto tiempo. Y ese es uno de los retos que este oficio tiene que superar, el de adaptarse a los cambios tecnológicos y de formatos que se están produciendo y se producirán en el futuro.

Nuestra principal misión es atender lo mejor posible a la demanda de información bibliográfica que nos solicita el lector. NO se trata de “recomendar” lo que a nosotros nos gusta, sino lo que el lector necesita, utilizando tanto el conocimiento y bagaje personal como los instrumentos que en cada momento estén a nuestro alcance.

En este sentido, los distintos suplementos culturales que los medios de comunicación han incorporado, son también un instrumento muy eficaz para nuestra actualización. La reseña y comentarios de libros en la prensa diaria, así como en radio y otros medios, son de gran ayuda, ya que nos aportan una opinión crítica acerca de los libros, aunque en ocasiones esa crítica sea también discutible ya que los principales medios de  comunicación son parte de holdings empresariales de los que a su vez forman parte las principales editoriales, y eso les hace a veces perder  objetividad.

Y, por supuesto, la relación con el editor es también muy importante. En definitiva es el editor quien decide si un texto ve la luz o no, quien da forma de libro a un  conjunto de textos e ideas que aporta el escritor. Lo que le convierte en un actor de primer orden, en un eslabón fundamental para salvaguardar la veracidad de los contenidos y ponerlos a disposición de quien los necesite, plasmados en ese objeto mágico que es el libro.

Por eso, la relación entre editor y librero debe ser de profundo respeto entre dos oficios que se complementan en la tarea de la difusión del conocimiento y la cultura.

Vivir tan directamente relacionado con los libros y el conocimiento no es inocuo. Muchos libreros sucumbimos al deseo de compartir activamente nuestra pasión por las ideas y el conocimiento y hacemos (o lo intentamos) de nuestras librerías un lugar de encuentro de las diferentes  manifestaciones de la cultura. Un lugar donde el debate y el contraste de ideas sean el principal garante de la pluralidad que cada uno de nosotros llevamos en nuestro interior.

En todos los años que he estado relacionado con el mundo asociativo de las librerías, he tenido la suerte de conocer a muchos libreros que llevan a la práctica este planteamiento. Tertulias, cuenta-cuentos, presentaciones, micro-teatro, etc., se han ido convirtiendo en los últimos años en actividades muy presentes en cada vez más librerías. Incluso alguna que ha dado un paso más, como el caso de Centro de la Cultura, de Tenerife, que entre su actividad hace años que aporta una emisora de radio con una especial preocupación por la cultura en toda su programación. Muchos ejemplos y muy diversos que dan muestra de la diversidad y compromiso de los libreros con la cultura.

El librero ante los nuevos retos
La crisis económica que nos afecta, está teniendo un efecto pernicioso en el mundo de la cultura y en el del libro en particular. En los últimos 5 años se ha perdido aproximadamente el 40 % de la facturación y el 35 % del empleo que generaba el sector. Un sector del Libro que, a pesar de todo, sigue siendo el que más aporta al volumen económico que suponen las empresas culturales españolas (aproximadamente un 1,5 del PIB) y con una presencia en el exterior muy importante.

Pero esa aparente fortaleza se ha diluido rápidamente con el azote de esta crisis económica que ha puesto a la cultura, y a los libros, en un lugar “prescindible” dentro del gasto cotidiano del ciudadano. Tras los años de consolidación de la democracia en España, que supuso un considerable esfuerzo de inversión en políticas culturales y educativas, hemos pasado al “casi nada” como única alternativa política de nuestros actuales gobernantes.

Y por si fuera poco, como empresas y comerciantes que somos, nos  enfrentamos también a un cambio en los “usos y costumbres de consumo cultural”. La aparición y expansión de los nuevos gigantes de Internet está provocando que, con una facilidad inusitada, los usos de consumo cultural, en lo que respecta al libro, se hayan derivado hacia éstos. Ni tan siquiera el saber que ninguno de ellos tributa nada en España, parece ser obstáculo a su progresiva expansión. El atractivo que suponen para el consumidor, y los nuevos servicios que ofrecen (a pesar de sufragarlos con esa falta de tributación) son un acicate contra el que estamos tardando en reaccionar.

¿Seremos capaces de superar esta situación? Si queremos lograrlo  tendremos que idear nuevas fórmulas sumadas a las ya tradicionales de nuestra profesión: 
-Adaptación de los horarios comerciales a las nuevas demandas de la sociedad.
-Mejorar el trabajo asociativo para poder ofrecer servicios que individualmente no podemos.
-Consolidar las herramientas digitales necesarias para competir potenciando el uso compartido de las mismas y buscando nuevas alianzas con los que hasta ahora eran “Grandes” y que se han empequeñecido también ante el empuje de los gigantes de Internet.
-Ampliar nuestra oferta a otros productos complementarios que supongan un punto de equilibrio en nuestra economía.

Estas son algunas ideas que, pienso, tendremos que abordar si realmente queremos tener alguna oportunidad de superar la mala perspectiva que tenemos. Yo tengo confianza en nuestro sector ya que siempre ha sido muy activo en la mejora de nuestros servicios y en la implantación de la tecnología en nuestro quehacer diario".

Juan Manuel Cruz
Oficio de Librero



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